Digital Responsability

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<b>El 22 de septiembre de 2010 un estudiante de dieciocho años de la Universidad de Rutgers en Piscataway, Nueva Jersey, Tyler Clementi, se suicidó saltando desde el puente George Washington, porque su compañero de habitación Dharun Raviuna, le grabó mientras mantenía una relación intima y luego la difundió por Internet sin su conocimiento.  <span style="font-family: inherit;">El caso Clementi, es un caso de </span>violación<span style="font-family: inherit;"> del derecho de intimidad, pero al realizarse en la red lo llamamos ciberacoso. El compañero no era sensible al dilema ético, que comportaba su acción. Por eso, los expertos como Carrie James, hablan de <i>ethical gap</i> (o brecha ética). El mundo digital exige una ética. Algunos piensan a la vieja usanza, que en Internet todo lo puede, porque nadie sabe (como el clásico chiste "en Internet nadie sabe que eres un perro") y otros lo </span>viven<span style="font-family: inherit;"> como la realidad misma, en contraposición a la realidad auténtica, que la </span>entienden<span style="font-family: inherit;"> como un simulacro ordinario. El mundo digital hace parte del mundo real, pero plantea por una parte, los mismos dilemas, pero con importantes desplazamientos argumentativos, así como nuevos </span>desafíos<span style="font-family: inherit;"> y problematizaciones.  </span></b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXzpEJV3s3JhMCzz7bMsrhOnbO-tNRBdWuiyf8dKppfSzJkijbwp7gwcNIuLdqyQnypT8OjkNoUywOZIODmFJSw6i_OZOqHfKuRD_11F-MsjMCSV8Lj853OKmqWoA-8eQNOefjnpOLmjQ/s1600/img_1105_lg.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXzpEJV3s3JhMCzz7bMsrhOnbO-tNRBdWuiyf8dKppfSzJkijbwp7gwcNIuLdqyQnypT8OjkNoUywOZIODmFJSw6i_OZOqHfKuRD_11F-MsjMCSV8Lj853OKmqWoA-8eQNOefjnpOLmjQ/s400/img_1105_lg.jpg" width="357" /></a></div>
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<span style="font-family: inherit;">Es necesaria una <b>ética digital </b>como ética del mundo virtual, de la incipiente sociedad digital. La ética es la disciplina filosófica, que nos permite establecer unos principios sobre lo que es bueno y malo, sobre el comportamiento virtuoso con el fin de conseguir el máximo grado de felicidad colectiva. La ética es un conjunto de directrices para el comportamiento humano basado en principios universales, que afectan al juicio, es decir, a la capacidad de tomar decisiones de los humanos, en terrenos no legislados, o como base para una futura legislación. La ética digital sería una <b>ética aplicada</b>, al igual que la ya bien establecida <b>bioética</b>. Muy en la línea de los debates sobre la <b>ética en tecnología</b>, pero con un componente social, debido a la progresiva subsunción de la sociedad en los canales digitales.</span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3e1Fpv22mG-FePEa4607c-Dn9QDq352WzNajKSO6lPzsI3nOcnV4-OOwxW-sZ0bwH2ZoqLPrZaIlekQl1mxjc-LIM-FEo7vwMX8EiqiTg9JLTNZumK_HMBN8tZ71omaGh0vIr4EOnPNwi/s1600/descarga+(3).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a></div>
<span style="font-family: inherit;">La sociedad digital plantea diversos desafíos ante los cuales reaccionamos pasivamente, lo cual es entendible en una fase transformadora donde es difícil una reflexión, ya que la comprensión de los fenómenos en formación es compleja. Nuestras reacciones son reactivas. Cuando existe un problema buscamos una solución, como por ejemplo ha ocurrido con el <b>derecho al olvido</b>, pero tenemos que encontrar unos fundamentos, que nos permitan guiarnos en estos nuevos territorios. Nos movemos en la llamada <b>falacia naturalista, </b>que empujan los medios sociales, <b>identificando lo bueno con lo que existe</b>, pero ¿por qué tiene que ser bueno mediar nuestras relaciones socialmente? Esta es una aceptación irreflexiva, que está fuera de toda ética. Estamos aún en el <b>salvaje oeste digital</b>. Ante la herencia irreflexiva de hábitos sociales debe existir una capacidad y un método de reflexión capaz de discernir lo bueno de lo malo, lo universalmente exigible como límite temporal de lo justo, de lo conveniente, de lo razonable, de lo humanamente soportable. </span></div>
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<span style="font-family: inherit;">En otra ocasión hablámos de los nuevos <b>derechos digitales</b> y otros mecanismos, que nos permiten un control y una superación de la <b>esclavitud digital</b> entre los cuales resaltábamos tres: </span></div>
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<ol style="background-color: white; color: #222222; line-height: 18.4799995422363px; text-align: justify;">
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px;"><b>Moratorias tecnológicas</b></li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit;"><b>Desactivaciones tecnológicas</b> </span></li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px;"><b>Nuevos derechos digitales</b></li>
</ol>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Los nuevos derechos digitales y los mecanismos para su cumplimiento, no agotan ni limitan una concepción ética, más bien la suponen, pero no definen un criterio común. Exigen una exploración más profunda sobre el <b>ser digital</b>. ¿Cuales deberían ser los fundamentos para una ética digital? ¿los límites de lo aceptable según la perspectiva del conocimiento actual?  Estos podrían ser los <b>prolegómenos para una ética digital</b>. </span><br />
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<li><span style="font-family: inherit;">En primer lugar, la ética debe concentrarse más en los <b>deberes, </b>que en los derechos. ¿Cuales son las normas relacionadas íntimamente con el ser digital? ¿Cuales son las obligaciones que no pueden desatenderse porque implican acciones nocivas? ¿Cuales son los principios irrenunciables? El primer deber fundamental al que hay que atender es la <b>responsabilidad</b>. <b>No hay ética sin responsabilidad, sin una acción responsable</b>. En este caso <b>responsabilidad digital</b>. La ética por definición no puede limitarse a la teoría, sino que es una disciplina práctica, como decía Diógenes. "el movimiento se demuestra al andar". A diferencia de la política, donde puede encontrarse una disociación entre lo que se dice y lo que se hace, en la ética esto no cabe. Si uno quiere luchar contra la corrupción debe evitarlo con transparencia, con el ejemplo e impedir que otros lo hagan. La primera responsabilidad es como el <b>principio hipocrático,</b> que recoge el <b>6º principio de</b> <b>Tavistock</b>, 2<i><b>primum non nocere"</b>, </i>lo<i> </i>primero es no hacer daño. Por tanto, no debe ejercerse o debe limitarse toda actividad digital, que afecte a la salud física o mental de los individuos y cuando esta no pueda demostrarse, habrá que dar opciones para la <b>objeción de conciencia</b>. La objeción de conciencia sería la posibilidad de rechazar vivir o trabajar con una tecnología, cuyos <b>beneficios sociales universales</b> no están claros. Muchos términos y condiciones de grandes corporaciones de Internet son totalmente abusivos. Por ejemplo, no es ético desproveer de la propiedad intelectual a los productores de contenidos, por el mero hecho de utilizar una plataforma. No deben realizarse aquellas acciones, que perjudican los derechos básicos de Internet. Aquí es importante describir un <b>código deontológico</b> de las organizaciones, que trabajan en los canales digitales en el ámbito de esos mismos canales como <b>responsabilidad social digital</b>.</span></li>
</ul>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit;">En segundo lugar, hay que contemplar si esos <b>deberes son universales</b> o no. El deber de la responsabilidad es de cada uno para todos. En una red existe una multiplicidad de posicionamientos, pero al actuar cooperativamente, hay que concluir que trabajan con una cierta universalidad. Ahora bien, <b>esta universalidad es sólo táctica</b>, no es eterna e inmutable. Es una universalidad dinámica y perecedera, es <b>un mínimo acuerdo funcional.</b> Es un consenso virtual, que permite un <b>contrato social subconsciente,</b> para que la colaboración funcione como un acuerdo firmado. Esa universalidad dinámica, se concreta como mínima abstracción de lo común del ser humano históricamente determinado, lo que permite compartir los valores de la bondad y las actitudes que lo producen: compasión, empatía y generosidad. Por tanto, habrá que lidiar con la dificultad de una variedad de universalidades relativas a diferentes subredes. </span></li>
</ul>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit;">En tercer lugar, hay que entender como se constituye el<b> libre albedrío </b>dentro de la sociedad digital. Donde están los límites de la libertad. La libertad queda definida por la acción colectiva. El hombre es libre también en la sociedad digital por definición, por extensión de la capacidad del libre albedrío humano no condicionado por ninguna externalidad, ni divinidad. El libre albedrío nos conduce de nuevo al tema de la responsabilidad. <b>No puede ejercerse la libertad digital sin responsabilidad digital</b>. Esto en lo que respecta a la acción individual, pero colectivamente estamos hablando de la <b>autodeterminación digital</b>. La libertad de un grupo de determinarse digitalmente según sus propias normas. </span></li>
</ul>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit;">En cuarto lugar, debe verse como la ética constituye una <b>acción racional</b>. La ética no sólo no puede estar fundada en la irracionalidad y en la no reflexión, sino que combate y rehuye la irracionalidad en todas sus expresiones. <b>La ética es siempre racional, porque la racionalidad es la única certeza y la única guía para nuestro comportamiento</b>. La razón es la base para una correcta toma de decisiones y es sobre la única base, que se puede debatir y argumentar. <b>La ética digital está basada en el conocimiento y en la sabiduría</b>. Las religiones, supersticiones y las ideologías políticas y culturales son irracionales, y sólo permiten crear problemas y no resolverlos. Son el fundamento de la intolerancia y del fanatismo. La ética está basada en el dialogo y no en el monólogo, por eso es racional, dialógica, y al mismo tiempo, incompleta y abierta, siempre dispuesta a revisar sus postulados y a evolucionar. <b>La ética digital es una acción racional consciente con fines explícitos y revisables</b>.</span></li>
</ul>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit;">En quinto y último lugar, debe considerarse cual es la perspectiva que adopta la ética digital con respecto a la <b>subjetividad</b>. La subjetividad se relaciona con la responsabilidad y con la perspectiva de conocimiento, pero la individualidad no puede ser la excusa para que la ética no se cumpla a nivel colectivo. <b>La ética digital se dota de objetividad a través de la intersubjetividad</b>. La red es una interrelación de nodos. Por tanto, la ética digital parte del individuo, pero no puede entenderse a este aislado, sino interconectado con otros, y es en esa intersubjetividad donde se encuentra el propio reconocimiento y respeto. La ética digital no puede ser únicamente normatividad individual, sino que lo tiene que ser también a nivel colectivo. </span></li>
</ul>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">La ética digital se basa en los principios de: 1) <b>responsabilidad</b>; 2) <b>universalidad dinámica</b>; 3) <b>autodeterminación digital</b>; 4)<b> racionalidad práctica</b>; 5) <b>intersubjetividad</b>.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS6KCRafHXRr3vx8Uz9NtrzqQPbzzIspIcugbAMcJ2Wf5lJPipJX5EFAqAbUi2Q07iN6Yj1CARi7Je3izjz3sPMRpi4ZFPo86ZEh5dnI9A_DWhDsOgg0E5bR0kDbJDMzUj-7qC_wMDAAUc/s1600/Kinect-Minority-Report-UI-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a></div>
<span style="font-family: inherit;"><br />A partir de estos principios se pueden dibujar algunos de los <b>deberes digitales</b>:</span><br />
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<li><span style="font-family: inherit;"><b>Deber de conexión</b>: A diferencia de la sociedad analógica, en la sociedad digital no cabe la desconexión. Esto no quita, que la desconexión sea un derecho como puede ser el derecho de huelga, pero es un derecho temporal o por sectores o tecnologías, aunque pueda ser total a este nivel. Pero en el mundo digital se nace conectado. La desconexión eterna, el retorno a la caverna, es inviable y es insolidario socialmente.</span></li>
<li><span style="font-family: inherit;"><b>Deber de transparencia</b>: Las propias acciones deben ser trazables aunque sean anónimas. Como siempre, esto no puede ser incompatible con el derecho a la privacidad. Esta tiene que garantizarse completamente. La opacidad está contra la ética digital. Todo lo que ocurre en la red debe ser registrado y debe lucharse contra todo fraude y deben usarse tecnologías infalsificables.</span></li>
<li><span style="font-family: inherit;"><b>Deber de ecuanimidad</b>: El equilibrio en la red es fundamental. La red deber impedir el monopolio y el control de esta por minorías poderosas. Debe exigir la imparcialidad de las transacciones. Las relaciones deben estar basadas en acciones positivas como la amistad, la compasión o la benevolencia. </span></li>
<li><span style="font-family: inherit;"><b>Deber de participación</b>: La comunidad es fundamental en el medio digital. Participar y velar por el buen comportamiento es un deber esencial de la sociedad digital. La comunidad auto-organizada no puede funcionar con la desidia. La participación activa debe ser obligatoria.</span></li>
<li><span style="font-family: inherit;"><b>Deber de protección</b>: Tiene que existir el deber a proteger y ser protegido dentro de la red. La salud, la higiene y la seguridad de la red, son una responsabilidad colectiva. La autogestión y auditoria de la red y sus transacciones, son un deber cooperativo de todos los nodos.</span></li>
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<span style="font-family: inherit;">La ciencia ficción ha novela y presentado muchos debates éticos provocados por la tecnología, especialmente aquellos cuyo desafío nace de la inteligencia artificial. Recientemente algunos científicos liderados por <b>Hawking </b>han señalado a <b>la inteligencia artificial como el evento más importante en la historia del ser humano</b> (<a href="http://www.independent.co.uk/news/science/stephen-hawking-transcendence-looks-at-the-implications-of-artificial-intelligence--but-are-we-taking-ai-seriously-enough-9313474.html" rel="nofollow" target="_blank">Stephen Hawking: 'Transcendence looks at the implications of artificial intelligence - but are we taking AI seriously enough?'</a>) y han animado a seguir con las investigaciones de prestigiosos institutos como <a href="http://www.fhi.ox.ac.uk/" rel="nofollow" target="_blank">Future of Humanity Institute</a>, <a href="http://cser.org/" rel="nofollow" target="_blank">Centre for Study of Existential Risk</a> o <a href="http://intelligence.org/" rel="nofollow" target="_blank">Machine Intelligence Research Institute</a>, para prepararnos a los retos a los que nos enfrenta convivir con inteligencias superiores a la nuestra. Pero la miopía de este enfoque es que el conocimiento no es la única herramienta para combatir los problemas, existe el juicio humano, la capacidad y la autoridad de decir no quiero vivir con otras inteligencias o quiero vivir hasta este punto y de esta manera. <b>Aunque existe una solución a los problemas desde el conocimiento, la ética es previa a ello</b>. La ética no necesita el avance científico, sólo debe estudiar el problema desde la perspectiva del juicio y establecer unas normas comunes. <b>La ética digital debe constituirse en condición de posibilidad del desarrollo tecnológico y no al revés</b>. Esto es lo que ocurriría en una sociedad madura, responsable y libre. Si esto no está ocurriendo quizás sea porque la sociedad sea inmadura, irresponsable y sumisa. Esto hace más alarmante, que algunos avances no se discutan, y que todos los retos tecnológicos se resuelvan con mas tecnología, en vez de con más sentido común, con más racionalidad.  Y es que la ética digital no puede resolver todos los problemas de la sociedad digital y no puede establecerse socialmente, sin que la <b>política digital </b>en su más amplia concepción, como participación ciudadana comprometida y responsable, pueda transformar el presente orden del discurso.</span><br />
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Prolegómenos para una ética digital

El 22 de septiembre de 2010 un estudiante de dieciocho años de la Universidad de Rutgers en Piscataway, Nueva Jersey, Tyler Clementi, se s...

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<b>Steve Wozniak, cofundador de Appel, ha declarado recientemente, que la inteligencia artificial es la mayor amenaza para la existencia humana. Otras celebridades como Stephen Hawkings han hecho declaraciones en la misma línea. El advenimiento de la llamada singularidad, -a saber, la superación de la inteligencia humana por la inteligencia artificial- definida por Kurzweil, no tiene porqué ser una fatalidad, puede ser una elección. La responsabilidad digital consiste en decidir como queremos vivir en el mundo digital, respetando las normas sociales más justas y convenientes para toda la humanidad.</b></div>
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<b>La tecnología no es una fatalidad. Puede ser el motor de la economía, pero la finalidad social viene antes. </b>Lo más importante es saber si es conveniente y si estamos preparados. La prohibición o la moratoria tecnológica es algo completamente necesario cuando nos adentramos en opciones técnicas, que ponen en riesgo nuestra propia vida o el deseable equilibrio social.</div>
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Este podría ser el caso de la <b>singularidad</b>. Primero de todo, debemos estar preparados para convivir con ella, así como también necesitamos disponer de los mecanismos idóneos para garantizar su completa sumisión a la especie humana. Con lo cual, lo más razonable sería determinar una moratoria hasta que el desafío este estudiado y controlado en profundidad. En cualquier caso, siempre habrá que estar preparado para una prohibición o para un obligada disminución de sus potencialidades. <b>La singularidad no sólo es reversible, si no que debe convertirse en una decisión social.</b> Hay inventos, que por su impacto social, no pueden ser sometidos a las puras leyes del mercado, sino al consenso social, basado en el parecer de los expertos.</div>
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<div style="text-align: justify;">
La <b>ética digital</b>, como ética individual universal, la <b>responsabilidad digital social</b>, como ética colectiva o normativa social, y finalmente, la <b>responsabilidad digital corporativa</b>, como conjunto de políticas para la excelencia en la <b>gobernanza digital </b>de la empresa, son nuevos marcos conceptuales para adaptar los retos tecnológicos, a lo que la sociedad puede aceptar de una manera sana, sostenible y justa.</div>
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Esta semana un operario de una fábrica alemana de automóviles, ha muerto como resultado de la maniobra de un robot en una cadena de montaje. No se trata en ningún caso de una rebelión de las máquinas o de una venganza individual, ya que los robots están enjaulados y los humanos no tienen acceso mientras están funcionando. Parece que por alguna razón pendiente de discernir el operario se hallaba en el lado prohibido de la valla. Pero lo curioso, es que toda la prensa ha utilizado este trágico accidente, para volver hablar del debate de los robots inteligentes y su amenaza sobre una humanidad, por todos sabido, intelectualmente mediocre. A parte de las declaraciones de celebridades técnicas y científicas, hay muchas películas recientes que tratan el tema como: <b>La singularidad está cerca</b>, <b>Her</b>, <b>Ex-Maquina</b>,<b> I's </b>y más que vendrán. El tema preocupa y mucho. Especialmente en aquella vertiente de<b> robots autónomos</b>, que se están preparando para servir en los ejércitos, con capacidad de decidir si matan  o no y, por tanto, saltándose las reglas de la robótica de <b>Asimov</b>. Son los llamados <b>robots asesinos</b> (<i>Killer Robots</i>), los <b>Terminators </b>primigenios. Existe una asociación llamada <span style="font-weight: bold;">Campaign to Stop Killer Robots</span><i style="font-weight: bold;"> </i>dedicada a combatir este avance técnico.</div>
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<b>Cuando delegamos nuestra capacidad humana de decidir a una máquina, abolimos nuestro libre albedrío y esto es un acto de extrema responsabilidad (o irresponsabilidad).</b> A medida que avanza la digitalización con el Internet de las cosas, casi cada acto implica un dilema ético-filosófico. Y esto va ir e aumento. De hecho,<b> la industria está ya incorporando en los algoritmos de la inteligencia artificial límites éticos, que han diseñado los expertos</b>. Parece que los filósofos han encontrado un nuevo oficio. La industria automovilística está incorporando a expertos en <b>ética </b>para dilucidar estos debates. Con los <b>coches autónomos</b> (<i>Driverless Cars</i>), como el tan popular de <b>Google</b>, se debaten casos como si un coche debe tirar a su conductor por un barranco, para evitar atropellar a unos niños. Lo lógico por trágico que parezca, es que si uno compra un coche, pudiera configurarlo para que siempre salve al conductor, al propietario, pero quizás esa decisión no la puedan tomar los clientes en el futuro. Probablemente esa configuración la determinen las leyes.<b> La ley será preventiva, será parte de un una algoritmo determinado por unos jueces.</b> O quizás, para imitar lo que ocurre hoy en día sin robots, ante un dilema similar, el robot tire los dados, en definitiva que lo decida un generador de números aleatorios. Pero aunque la vida es un tómbola, a nadie le gusta sufrir las consecuencias de lo que se puede evitar. <b>La robótica es un problema kantiano</b>. Al igual que la <b>estética trascendental</b> nos dice que hay categorías, que parecen externas al ser humano, pero en realidad pertenecen a la sensibilidad <i>a priori</i>. La robótica, es decir, la inteligencia, es la algo propio de la esencia del ser humano. La singularidad es posible, porqué es una potencialidad humana, que de alguna manera ya existe hoy. Y al ser nuestra, es nuestra competencia decidir sobre ello. No someternos a ello, no dejarla procrear como la ira, es algo justo. La inteligencia artificial es una extensión de la humana, pero no tiene porqué ser beneficiosa, al igual que muchos otros artefactos creados por los humanos, como es el caso de las armas. Jugar a ser Dios, es peligroso. En todo caso, lo que no podemos hacer es no implicarnos en este debate.</div>
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Responsabilidad digital y robótica trascendental

Steve Wozniak, cofundador de Appel, ha declarado recientemente, que la inteligencia artificial es la mayor amenaza para la existencia human...